Adiposidad localizada
La adiposidad localizada es la acumulación de grasa en partes puntuales o localizadas del cuerpo. Es un problema estético muy frecuente que afecta tanto a hombres como a mujeres y no necesariamente se asocia a sobrepeso u obesidad.
Existen 2 tipos de adiposidad localizada:
• Primaria: es aquella relacionada con el desarrollo hormonal. Generalmente es hereditaria y suele afectar la cara externa de los muslos (“pantalón de montar”), los glúteos y la cara interna de las rodillas.
• Secundaria: relacionada principalmente con la mala alimentación y el sedentarismo. Entre los alimentos que mayormente generan adiposidad localizada se mencionan las harinas blancas, el exceso de azúcar, los fritos y las bebidas alcohólicas.
Otros factores son el tabaquismo, ciertos medicamentos (como los corticoides y algunos anticonceptivos), alteraciones hormonales (patología tiroidea, ovario poliquístico), mala calidad del sueño, etc. Comúmente se localiza en abdomen, flancos y brazos.
La adiposidad localizada suele ser rebelde y perdurar a pesar de las dietas y de la actividad física. Hay que tener en cuenta que en muchos casos se asocia además a celulitis, flacidez y/o problemas circulatorios. Por ello, es importante realizar un diagnóstico médico adecuado y, en base a eso, organizar un plan de tratamiento integral y adecuado a cada paciente.