Cáncer de Piel
El cáncer de piel es el tipo de cáncer más común en los seres humanos. Algunos individuos tienen mayor riesgo de padecerlo por su tipo de piel; sin embargo, cualquier persona puede tenerlo. Existen diferentes tipos; los principales son: carcinomas (los más frecuentes) y melanomas.
Se pueden manifestar de distintas formas y colores (no solo como “lunares” o manchas amarronadas) y la mayoría se producen por exposición solar inadecuada. Las quemaduras durante la infancia y adolescencia constituyen un factor de riesgo importante.
El diagnóstico se sospecha por la clínica y la dermatoscopía, y se confirma a través de una biopsia de piel.
El tratamiento dependerá del tipo de cáncer, de su localización y del estadío en el que se realice el diagnóstico.
La prevención y el control periódico (tanto de los lunares como de la superficie corporal en general) son herramientas que permitirán una detección precoz, la cual es esencial para realizar un tratamiento oportuno y mejorar el pronóstico.
Cuándo consultar?
En toda persona sin antecedentes ni factores de riesgo se sugiere un control o chequeo anual en el consultorio. En aquellos pacientes que ya fueron tratados por algún tumor, la frecuencia variará según el tipo de cáncer eliminado y el tiempo transcurrido desde que se realizó el tratamiento.
Además es importante estar atentos a ciertas situaciones o “signos de alarma” que nos tienen que llamar la atención para acudir a la consulta de forma inmediata:
- herida abierta o “lastimadura” que no cicatriza
- aparición de nuevas lesiones, manchas o lunares en la piel de un adulto
- cambio en las características de algún lunar o mancha previos (color, tamaño, forma, picazón, costras o sangrado espontáneo)
Cómo prevenir?
- Usar protector solar todos los días, incluso en invierno
- Evitar la exposición solar directa de 10 a 16 hs
- Usar ropa y accesorios adecuados (gorros, anteojos, ropa con filtro UV)
- No acudir a camas solares
- Autoexamen cada 3 meses
- Chequeo dermatológico una vez al año